Desde su creación en 2005, los Activistas Internacionales por un Microbicida Rectal (IRMA) han tenido un crecimiento y un éxito significativo. A partir de un número de miembros que podía contarse con los dedos de una mano, IRMA ha construido una red de más de 500 activistas, investigadores y personas que redactan las políticas en más de 40 paises de los 5 continentes.

El objetivo de IRMA-ALC es trabajar en conjunto con IRMA, pero con el propósito específico de difundir información sobre los Microbicidas Rectales en nuestra parte del mundo, y, siempre que sea posible, en castellano y en otros idiomas regionales.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Tener ansiedad o depresión se relaciona con una mayor probabilidad de experimentar rebote viral

Es el resultado del seguimiento de un grupo de pacientes del Reino Unido durante dos años



Un estudio publicado en la edición del 15 de agosto de Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes ha concluido que determinados síntomas físicos y mentales (tales como ansiedad o depresión) -padecidos por personas bajo terapia antirretroviral (TARV) eficaz- incrementan la probabilidad de experimentar incrementos en la carga viral por encima del límite de detección.
Los investigadores diseñaron el estudio para observar si existía una conexión entre síntomas físicos o psicológicos y las tasas de rebote viral en personas bajo TARV estable y eficaz.
Un total de 188 personas con VIH de una clínica de Londres (Reino Unido) participaron en el estudio. Para ello, durante el año 2005, cumplimentaron unos cuestionarios sobre estado de salud y relativos al tratamiento antirretroviral. Todos los participantes tomaban TARV y tenían una carga viralinferior a 50 copias/mL.
Los autores del estudio evaluaron más de 30 síntomas diferentes, tales como náuseas, diarrea, insomnio, dolor, fatiga o pérdida de apetito. También evaluaron el número total de síntomas, la presencia de ansiedad y/o depresión y  el desarrollo de pensamientos suicidas. Cada síntoma fue contrapuesto a la presencia de un rebote viral superior a 50 copias/mL o a 200 copias/mL. La mediana de la duración del seguimiento fue de unos 2 años.
Los síntomas evaluados fueron frecuentes, en general, con especial incidencia de fatiga (25% de los participantes), ansiedad (25%) y problemas relacionados con el sueño (22%).
El 48% de los participantes tenía síntomas depresivos y el 20% afirmaba haber tenido pensamientos suicidas durante la semana previa.
De los 188 participantes, 46 (24%) experimentaron un rebote viral superior a 50 copias/mL y 22 (12%) superior a 200 copias/mL.
Todos los síntomas evaluados se vieron significativamente asociados a un mayor riesgo de rebote viral superior a 50 copias/mL tras ajustar los resultados en función de características demográficas y relacionadas con el tratamiento (valor de p entre 0,019 y 0,053 en función de los síntomas evaluados), pero la fortaleza de dichas asociaciones disminuía al tener en cuenta los problemas de adhesión (valor de p entre 0,022 y 0,084).
El riesgo de padecer un rebote viral superior a 200 copias/mL se incrementó entre 4 y 5 veces en el tercio de participantes con mayor incidencia de síntomas al compararlo con el tercio con menor incidencia de síntomas. Dicho riesgo se incrementó casi 4 veces en personas con ansiedad o depresión al compararse con aquellos participantes sin dichas patologías.
Como en el caso de los rebotes superiores a 50 copias/mL, en aquéllos superiores a 200 copias/mL la asociación se mantuvo al ajustar en función de características demográficas o relacionadas con el tratamiento (valor de p entre 0,006 y 0,050) y disminuyó su fortaleza al ajustar en función de la adhesión (valor de p entre 0,011 y 0,072).
Los participantes con un mayor número total de síntomas presentaron una mayor probabilidad de experimentar un rebote viral. También se observó una tendencia –que no alcanzó valores significativos- a asociar pensamientos suicidas con una mayor probabilidad de padecer rebotes virales superiores a 200 copias/mL.
Los autores del estudio concluyeron que, en personas con VIH bajo una TARV eficaz, los síntomas físicos y psicológicos evaluados por el estudio incrementaron significativamente la probabilidad de experimentar un rebote viral. También destacaron que el nexo entre los síntomas y el rebote viral podría ser la falta de adhesión, por lo que la presencia de determinados síntomas podría sugerir una mayor probabilidad de tener problemas de adhesión, hecho que podría ser utilizado por los médicos para detectar problemas relacionados con el correcto seguimiento del tratamiento por parte de la persona tratada.

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