Desde su creación en 2005, los Activistas Internacionales por un Microbicida Rectal (IRMA) han tenido un crecimiento y un éxito significativo. A partir de un número de miembros que podía contarse con los dedos de una mano, IRMA ha construido una red de más de 500 activistas, investigadores y personas que redactan las políticas en más de 40 paises de los 5 continentes.

El objetivo de IRMA-ALC es trabajar en conjunto con IRMA, pero con el propósito específico de difundir información sobre los Microbicidas Rectales en nuestra parte del mundo, y, siempre que sea posible, en castellano y en otros idiomas regionales.

lunes, 11 de octubre de 2010

La mayoría de los hombres gays de EE UU apoyan las leyes sobre la transmisión del VIH


Dos terceras partes de los varones gays de EE UU consideran que debería ser ilegal que un hombre con VIH mantenga relaciones sexuales anales sin protección sin haber revelado su estado serológico, según informa un equipo de investigadores en la edición de octubre de AIDS Care.



“La creencia de que [dicho comportamiento] debería ser ilegal estuvo relacionada con tener un estado serológico al VIH negativo o desconocido, un menor nivel cultural, tener una orientación sexual no gay, vivir en un estado percibido como hostil frente a las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales, declarar un menor número de parejas con las que se mantuvieron relaciones sexuales sin protección (...) y sentir un mayor grado de responsabilidad”, escriben los autores.
Desde 2008, al menos treinta personas han sido procesadas en EE UU por exponer a terceros al VIH. Las penas previstas varían entre los estados, y van desde una pequeña multa hasta una prolongada estancia en prisión. El impacto de dichas leyes sobre los esfuerzos preventivos del VIH es objeto de encendidos debates. Además, existen incertidumbres sobre las actitudes de las comunidades más afectadas por el VIH en lo que refiere a la criminalización de la exposición al virus.
Los varones homosexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH) siguen constituyendo el grupo más afectado por el VIH en el país norteamericano. En consecuencia, un equipo de investigadores decidió, en 2008, emplear sitios web sociales de temática gay para inscribir a 1.725 hombres en un estudio diseñado para describir:
  • las actitudes generales respecto a la criminalización de la exposición al VIH debido a la práctica de sexo anal no seguro sin haber revelado el estado serológico al VIH; y
  • los factores relacionados con dichas actitudes.
En conjunto, el 65% de los hombres consideraban que debería ser ilegal que las personas con VIH mantuvieran sexo sin protección sin haber revelado su estado serológico, el 23% pensó que no debería ser ilegal y el 12% no sabía.
El respaldo a la criminalización fue más elevado (79%) entre los hombres de entre 18 y 20 años de edad, mientras que entre los de la franja de 41 a 70 años, el apoyo fue el más bajo (56%). El equipo de investigadores señala que los hombres gays más jóvenes fueron significativamente menos propensos a haberse sometido a una prueba del VIH. En otro estudio, se había comprobado que los varones que no se habían realizado la prueba eran más tendentes a adoptar una estrategia de prevención del VIH basada en la revelación del estado serológico, “que gana credibilidad debido a las leyes sobre transmisión”.
La inmensa mayoría de los hombres sin VIH (70%) y de los que no se sometieron a la prueba (69%) apoyaron las sanciones legales, pero sólo el 38% de los varones seropositivos aprobaron la estrategia de la criminalización. “Es muy probable que estas diferencias reflejen un cambio de actitud respecto a la criminalización de la transmisión del VIH tras la seroconversión”, comenta el equipo de investigadores.
Los hombres con los menores niveles educativos fueron más proclives a estar de acuerdo con la criminalización (75%), mientras que los que tenían un título universitario fueron los menos propensos a apoyarla (58%).
Más de tres cuartas partes de los hombres que no se identificaron como gays o bisexuales dieron su respaldo a la criminalización, frente al 63% de los que tenían algún tipo de identidad gay.
Por otra parte, los que se mostraban menos cómodos con su orientación sexual fueron los que más tendieron a aprobar dicha criminalización.
El hecho de vivir en un estado percibido como hostil frente a las personas gays, bisexuales, lesbianas y transexuales también estuvo relacionado con el apoyo a la criminalización.
El comportamiento sexual, asimismo, resultó significativo. Los hombres que afirmaron haber tenido dos o más episodios de sexo anal sin protección en los tres meses anteriores fueron menos propensos a apoyar la criminalización (52%), mientras que los que no declararon ningún tipo de práctica sexual sin protección fueron los que más se inclinaron por dicho apoyo (69%).
Finalmente, el equipo de investigadores descubrió que el sentido de la responsabilidad estuvo relacionado con el apoyo a las leyes sobre criminalización.
El análisis estadístico evidenció que los hombre con VIH fueron menos proclives a apoyar la criminalización (cociente de probabilidades [CP]: 0,33;intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,24 - 0,44), al igual que los que tenían mayores grados académicos (CP: 0,42; IC95%: 0,27 - 0,64). El hecho de residir en un estado percibido como más amigable hacia la homosexualidad también estuvo asociado con un menor respaldo a la criminalización (CP: 0,75; IC95%: 0,59 - 0,96), del mismo modo que el haber tenido un mayor número de episodios de sexo anal sin protección (CP: 0,72; IC95%: 0,56 - 0,93) y un menor sentimiento de responsabilidad hacia la salud sexual de sus parejas (CP: 0,75; IC95%: 0,69 - 0,81).
Por el contrario, los hombres que no se identificaron como gays o bisexuales fueron un 54% más propensos a apoyar la criminalización (CP: 1,54; IC95%: 1,08 - 2,02).
Los autores no descubrieron ninguna prueba de que las leyes disuadieran de los comportamientos sexuales de alto riesgo. Sin embargo, concluyen: “Es necesario realizar más estudios para examinar si actúan como una barrera que evite que los HSH en situación de mayor riesgo adquieran o transmitan el VIH”.
La investigación realizada en 2006 entre HSH de Inglaterra y Gales encontró una fuerte relación entre las expectativas de que un hombre revelara su estado serológico al VIH a sus posibles parejas sexuales y el apoyo al procesamiento penal de la transmisión del virus. Los autores de dicho estudio, realizado por SIGMA Research en la Universidad de Portsmouth, concluyeron que la estrategia de enjuiciar las transmisiones sirvió para reforzar la expectativa de que los hombres revelarían su estado serológico, impidiendo así cualquier esfuerzo preventivo del VIH que buscase educar a los varones para que no dieran por sentado que la posible pareja sexual no tenía el virus basándose sólo en que no lo dijo abiertamente.

Fuente: http://gtt-vih.org 

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